

Nuria Máximo: «Un animal puede ser mucho más que compañía: puede abrir puertas hacia la sanación, la motivación y la felicidad»
La profesora de la Universidad Rey Juan Carlos participa en el encuentro sobre Antrozoología de los Cursos de Verano de la UNIA en la Sede de Baeza
La profesora de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y directora de la Cátedra Institucional de Investigación Animales y Sociedad, Nuria Máximo Bocanegra, participa como ponente en el encuentro Antrozoología: beneficios de la interacción humano-animal, que se celebra en la Sede Antonio Machado de Baeza (Jaén) de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
Nuria Máximo explica cómo las intervenciones asistidas con animales transforman vidas. «No se trata sólo de terapia o de educación, se trata de conexión, de motivación y de esperanza. Cada caricia, cada mirada, cada gesto del animal genera un vínculo que puede disminuir la ansiedad de un niño en la UCI, mejorar la comunicación de personas con autismo o reducir la soledad de un anciano en una residencia», agrega.
Para ella, todo comenzó con un perro llamado Tatoo. Leyó un artículo sobre terapias con perros y se dio cuenta de que Tatoo reunía todas las características necesarias para acompañar a las personas en su camino hacia la mejora. Lo llevó a clase, empezó a observar cómo respondían los estudiantes, y poco a poco comprendió que lo que parecía simple afecto era, en realidad, un instrumento de cambio real y medible.
La ciencia confirma lo que el corazón ya intuía, estas interacciones reducen la tensión arterial, elevan hormonas de bienestar y mejoran la percepción de felicidad. Pero también hay límites, respeto y ética: «No todos los animales son adecuados, no todos los participantes reaccionan de la misma manera, y hay condiciones como fobias o alergias que requieren un abordaje cuidadoso».
A pesar de estos desafíos, la profesora Máximo confiesa que cada encuentro con un animal y un paciente deja una marca indeleble. «Los animales nos enseñan a sanar», afirma. Y no lo dice en sentido figurado, lo dice tras años de investigación, de observación y de vivir en primera persona cómo un vínculo afectivo puede abrir puertas cerradas por la enfermedad, el miedo o la incomunicación.
«En España aún faltan regulación y financiación para que estas intervenciones sean accesibles de manera rutinaria. Pero la luz que deja la experiencia de la Cátedra Animales y Sociedad demuestra que, cuando la ciencia, la ética y la empatía se alinean, las posibilidades son infinitas». Cada sonrisa que un perro provoca en un niño hospitalizado, cada gesto de calma en un anciano que se siente solo, cada progreso logrado gracias a la motivación que ofrece un animal, confirman que el cuidado, la ternura y la conexión no son sólo sentimientos, son medicina.
Al salir del aula, los participantes no sólo se llevan conocimientos; se llevan una certeza profunda: que en la mirada de un animal puede residir un mundo de transformación, y que aprender a leer, respetar y acompañar ese vínculo es uno de los caminos más humanos que podemos recorrer.

La UNIA completa la programación de la segunda semana de los Cursos de Verano de la Sede Antonio Machado con dos encuentros
