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16 Febrero 2011
Comunicados de prensa

El rector de la UNIA y las sobrinas de Antonio Machado recorren una exposición sobre su familia

La ciudad de Baeza, donde se encuentra la Sede Antonio Machado de la UNIA, recoge el testigo para presidir la Red de Ciudades Machadianas.

 Sevilla, 17 de febrero de 2011. La delegada de Presidencia y Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, y el rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Juan Manuel Suárez Japón, han visitado hoy la exposición Sevilla y los Machado, acompañados de Leonor Machado, Carmen Machado, María Machado y Mercedes de Lecea Machado, sobrinas y sobrina-nieta de los poetas sevillanos, que se muestra en el Centro Cultural Santa Clara de Sevilla.

La muestra Sevilla y los Machado, con la que esta semana se ha inaugurado el antiguo convento sevillano de Santa Clara como centro cultural, recoge los orígenes y la relación con Sevilla de los Machado, una familia marcada luego por el horror del exilio y la guerra, como han rememorado hoy sus descendientes.

El rector afirmó que la UNIA "no quiere ni debe estar al margen de las actividades culturales de la ciudad de Sevilla, donde tiene una de sus sedes, así como en Baeza, donde nuestra sede lleva el nombre de Antonio Machado y se hizo un homenaje a los exiliados, en el que se plantó una encina negra y se erigió un busto del poeta". También recordó que, una vez terminada la presidencia de Sevilla de la Red de Ciudades Machadianas, será el Ayuntamiento de Baeza el que recoga el testigo, con lo que la sede baezana de la UNIA se incorpora a muchas de las actividades que allí van a tener lugar. 

Leonor Machado Martínez y María y Carmen Machado Monedero, sobrinas de los poetas y que vivieron el exilio, y su sobrina-nieta Mercedes de Lecea Machado han visitado la exposición que cierra el año dedicado a Antonio Machado por la presidencia sevillana de la Red de Ciudades Machadianas, que completan Collioure (Francia), Segovia, Soria y Baeza.

La exposición hace un recorrido cronológico desde el marqués de Montebelo, su antepasado portugués del siglo XVII, hasta el abuelo paterno de los poetas, Antonio Machado Núñez, científico que investigó las teorías de Darwin; el padre Antonio Machado Álvarez "Demófilo", estudioso del flamenco y del folclore; Manuel y Antonio Machado Ruiz; sus hermanos; las mujeres de la familia; y la huella machadiana en la capital andaluza.

Mercedes Lecea Machado ha dicho que esta "magnífica" exposición recopila la vida de toda su familia y acerca al "Machado más cercano y más humano", lo que ha vinculado con el testimonio de sus tías, que han rememorado a "tío Antonio" visto "con ojos infantiles, más tío que poeta".

"Éste es el encuentro de una familia muy unida, a la que la guerra no pudo separar, y seguimos unidos", según la sobrina-nieta de los Machado, nieta de Francisco, el más pequeño de los hermanos.

Su tía Leonor, hija de Francisco y a quien, junto a "tío Antonio" y el resto de la familia, la guerra la llevó a Valencia (Rocafort), Barcelona y Francia, ha explicado que el poeta puso como condición para salir de Madrid hacerlo con toda su gente y ha añadido que los recuerdos que tiene de su tío son infantiles, de la casa de su abuela Ana Ruiz en Madrid y de esa etapa del exilio.

 María y Carmen Machado Monedero, hijas de José, vivían en la casa de la abuela hasta que se fueron a Valencia y Barcelona, y de ahí a Rusia en 1938, donde paradójicamente sufrieron la II Guerra Mundial hasta reencontrarse con sus padres en 1947 en Chile, y han rememorado que de niñas no eran conscientes de la importancia mundial de su tío Antonio como literato, lo cual conocieron después.

Además de resaltar el papel de su abuela, que era el nexo de unión de todos los hijos, de su padre José, ilustrador de la obra de Antonio y Manuel y que narró en un libro el exilio hasta Coullioure, y de su madre durante ese éxodo, han afirmado que Antonio era el tío al que más querían y que les trataba como hijas suyas. "Tío Antonio sufrió mucho cuando nis fuimos a Rusia y estaba siempre preocupado por nosotras en sus cartas, en las que nos insistía para leyéramos y estudiáramos mucho".

"Tuvimos consciencia de lo que era cuando ya no había posibilidad de preguntarle cosas más allá de las tonterías infantiles que le preguntábamos cuando éramos niñas", ha lamentado Carmen, pues el poeta sevillano, que padecía una afección coronaria y por ello la abuela siempre se preocupaba por él y "lo cuidaba y acurrucaba", murió en febrero de 1939 en Collioure y su madre dos días después.

María y Carmen han resaltado que su padre, José, "un ser muy lindo de adentro", tenía pasión por su hermano Antonio y, como la letra de éste era "infernal", era el que le pasaba a limpio sus borradores, mientras que no tienen tantos recuerdos de su tío Manuel Machado, que sí tenía una relación asidua con Antonio, pero sólo iba los domingos a la casa de la abuela junto con su mujer, Eulalia, que se hizo monja a la muerte del poeta.

Por último, María recordó el libro que escribió su padre"con todos los detalles de la vida de tío Antonio" e hizo referencia a la ayuda prestada por Pablo Neruda a muchos refugiados españoles que, como ellas, se exiliaron en Chile.

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