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La economía circular en minería: reciclar y reutilizar para una explotación sostenible

25 Noviembre 2024

La industria minera, basada en el modelo lineal de "extraer, usar y desechar", enfrenta importantes desafíos ambientales y económicos. Este enfoque tradicional, caracterizado por la explotación continua de recursos finitos y la generación masiva de residuos, ha provocado el agotamiento acelerado de recursos naturales y una acumulación de desechos que afecta tanto a los ecosistemas como a las comunidades cercanas. De acuerdo con el Banco Mundial y el International Council on Mining and Metals (ICMM), la minería es responsable de una gran proporción de los residuos industriales generados a nivel mundial, con minas de cobre, hierro y níquel entre las principales fuentes.

Para abordar estos problemas, la economía circular surge como una estrategia sostenible y efectiva. Este modelo propone un cambio en el paradigma minero, reduciendo la extracción de recursos nuevos, disminuyendo los residuos generados y promoviendo la reutilización de materiales y subproductos. Según la Ellen MacArthur Foundation, la economía circular permite a los sectores de recursos intensivos lograr mejoras tanto en rentabilidad como en sostenibilidad ambiental, lo que la convierte en una alternativa viable y transformadora para la minería.

Este artículo profundiza en cómo el enfoque circular puede beneficiar al sector minero a través de prácticas de reciclaje, reutilización de materiales y tecnologías avanzadas. Más allá de mejorar la sostenibilidad ambiental, el modelo circular ofrece una ventaja competitiva que promueve la eficiencia operativa y fortalece la competitividad de las empresas mineras en el mercado actual.

¿Qué es la economía circular en el contexto minero?

La economía circular es un modelo regenerativo que fomenta la reutilización, el reciclaje y la reducción de residuos. A diferencia del sistema lineal de "extraer, usar y desechar", este enfoque maximiza la vida útil de los recursos, minimizando la extracción de materiales nuevos y reduciendo el volumen de desechos generados. Según el Informe de Economía Circular de la Unión Europea, este modelo permite a industrias intensivas en recursos, como la minería, adoptar prácticas sostenibles que benefician tanto al medio ambiente como a la economía.

En minería, la economía circular se adapta para reducir la dependencia de materiales vírgenes mediante el reciclaje y la reutilización de subproductos y residuos generados en las operaciones. Este enfoque implica “cerrar el ciclo” de los recursos dentro de la cadena de valor minera, gestionando eficientemente desechos como escombros, subproductos de lixiviación y aguas residuales. Por ejemplo, en la minería de cobre en Chile, se han implementado prácticas que permiten la recuperación de minerales secundarios y la reutilización de residuos, disminuyendo tanto la necesidad de extracciones nuevas como el impacto ambiental.

Datos de la Comisión Europea y CEPAL destacan que, gracias a la economía circular, las operaciones mineras han logrado reducir hasta en un 20% el uso de materiales y en un 30% la generación de residuos, optimizando así los costos operativos y la huella ambiental.

 

Diferencias con el modelo lineal de “extraer, usar, desechar”

El modelo lineal tradicional en minería se basa en una extracción continua de recursos vírgenes y la generación de residuos acumulativos, lo cual presenta desafíos específicos para la sostenibilidad:

  • Exceso de residuos y costos de disposición: En el modelo lineal, los residuos mineros se gestionan como desechos finales, acumulando materiales difíciles de procesar y peligrosos para el medio ambiente. El ICMM indica que la gestión y almacenamiento de estos residuos representa uno de los mayores costos operativos, especialmente en minas de cobre e hierro. En contraste, el modelo circular ve estos subproductos como recursos reutilizables, convirtiéndolos en activos en lugar de pasivos financieros.

  • Dependencia de recursos vírgenes y riesgos de suministro: La extracción continua de minerales en el modelo lineal expone a la industria a riesgos de agotamiento de reservas y fluctuaciones de precios. Según la CEPAL, minerales como el litio y el cobalto podrían enfrentar una demanda mayor a la capacidad de extracción en los próximos años, lo que incrementaría los costos y la volatilidad en el suministro. La economía circular mitiga esta dependencia al fomentar el reciclaje de materiales secundarios y reducir la presión sobre los recursos naturales.

  • Impacto en la calidad ambiental y social: En las comunidades cercanas a operaciones mineras, el modelo lineal provoca la acumulación de desechos tóxicos que afectan suelos y aguas. Informes del Banco Mundial subrayan el riesgo para la salud y el entorno en minas de países como Perú y Sudáfrica, donde los residuos se han convertido en un problema de salud pública. Al implementar prácticas circulares, la generación de desechos disminuye y se favorece una gestión ambiental que respeta la calidad de vida de las comunidades locales.

Reciclaje y reutilización de agua

El uso intensivo de agua en minería, especialmente en el procesamiento de minerales, convierte el reciclaje y la reutilización de este recurso en prácticas cruciales, sobre todo en regiones con escasez hídrica. La implementación de sistemas de reciclaje en operaciones mineras permite reducir significativamente la extracción de fuentes naturales, conservando así recursos críticos y mitigando el impacto en los ecosistemas locales.

En áreas áridas como el desierto de Atacama, minas de cobre han logrado disminuir en un 50% el uso de agua fresca mediante tecnologías avanzadas de reciclaje. Este cambio ha llevado a una reducción del 30% en los costos relacionados con el consumo de agua, según la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO). Asimismo, en países como Perú y Australia, el empleo de sistemas de reciclaje reduce la dependencia de agua fresca en hasta un 40%, optimizando el presupuesto operativo de las empresas mineras.

Estos ejemplos reflejan cómo el reciclaje de agua preserva un recurso vital y favorece la eficiencia económica en operaciones mineras, haciendo posible una mayor sostenibilidad en entornos con recursos hídricos limitados.

Recuperación de minerales secundarios de los residuos mineros

Muchos residuos mineros contienen materiales valiosos que pueden recuperarse mediante tecnologías avanzadas, lo que maximiza el aprovechamiento de los recursos ya extraídos y disminuye el volumen de desechos que requieren una gestión especial. Esto reduce tanto el impacto ambiental como la dependencia de nuevas extracciones.

Las siguientes tecnologías se destacan en la recuperación de minerales secundarios en residuos mineros:

  • Lixiviación avanzada: Uso de agentes químicos, como ácidos o soluciones alcalinas, para disolver metales en los residuos, facilitando su separación y posterior recuperación. Este proceso, ampliamente utilizado en minas de cobre en Chile, es particularmente efectivo para la extracción de cobre.
  • Procesos hidrometalúrgicos: Combinan varias etapas que permiten la recuperación de metales en minas de níquel en Canadá. Entre las etapas clave se incluyen:
    • Precipitación: Separación de metales disueltos de una solución mediante la formación de sólidos.
    • Electrodeposición: Uso de corriente eléctrica para depositar metales de forma pura sobre un electrodo.
    • Extracción con solventes: Empleo de solventes específicos que logran una recuperación precisa y selectiva de los metales.

Estudios de la Journal of Cleaner Production y Environmental Science & Policy demuestran que estos procesos no solo optimizan la extracción, sino que también reducen significativamente los residuos. La CEPAL subraya que estas tecnologías ofrecen un retorno favorable sobre la inversión al reducir costos operativos y generar ingresos adicionales.

 

Reutilización de subproductos y materiales de construcción

Además de los minerales secundarios, otros subproductos de las operaciones mineras, como el yeso y el azufre, pueden ser reutilizados, minimizando la acumulación de desechos. Este aprovechamiento tiene varias aplicaciones importantes:

  • Construcción: El yeso generado en minería se emplea en la fabricación de cemento, mientras que escombros y otros materiales pueden reutilizarse para construir caminos internos en minas, evitando la compra de materiales adicionales.
  • Aplicaciones industriales: Subproductos como el azufre se utilizan en industrias químicas y fertilizantes, diversificando las oportunidades de reutilización y reduciendo costos en la disposición de residuos.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) y estudios del International Council on Mining and Metals (ICMM) destacan que la reutilización de subproductos reduce la presión sobre los recursos naturales y fomenta un modelo circular, mejorando la eficiencia operativa y la sostenibilidad.

 

Retos y oportunidades de la economía circular en la minería

La transición hacia la economía circular en minería representa una gran oportunidad para abordar los retos ambientales y de sostenibilidad en el sector. Sin embargo, este cambio implica superar barreras significativas, ya que la industria enfrenta desafíos económicos y tecnológicos en la adopción de prácticas circulares. La colaboración entre gobiernos, instituciones financieras y empresas mineras está pavimentando el camino hacia una minería más sostenible, generando oportunidades de crecimiento económico e innovación en el proceso.

 

Barreras económicas y tecnológicas

La adopción de la economía circular en minería implica altos costos iniciales en tecnología y reestructuración de procesos. Implementar sistemas avanzados de reciclaje, recuperación de minerales y tratamiento de residuos supone una inversión considerable, lo cual es especialmente desafiante para las pequeñas y medianas empresas. Según la International Finance Corporation (IFC), los costos de capital y operativos pueden aumentar de forma significativa en los primeros años de implementación, creando una barrera de entrada importante.

A nivel tecnológico, muchas operaciones mineras en economías emergentes carecen de infraestructura avanzada para el reciclaje de residuos y la recuperación de materiales. La falta de tecnologías como inteligencia artificial para la optimización de procesos, sistemas de monitoreo ambiental y técnicas de recuperación de minerales secundarios limita la adopción de modelos circulares. En estas regiones, esta carencia se agrava por la baja disponibilidad de expertos técnicos, creando una dependencia de tecnologías y conocimientos importados de países más desarrollados, lo cual aumenta los costos.

No obstante, la colaboración entre el sector público y privado está mitigando estos desafíos. Programas de subsidios y créditos verdes en América Latina, en colaboración con organizaciones como la IFC, están permitiendo que más empresas accedan a tecnologías de economía circular en minería. Estos programas ofrecen financiamiento a bajo interés para fomentar soluciones sostenibles, y el rápido avance tecnológico está reduciendo los costos de implementación, facilitando la adopción de prácticas circulares sin que las barreras financieras resulten tan pronunciadas.

 

Cambios regulatorios y de políticas para fomentar la economía circular

Las políticas y regulaciones juegan un papel crucial para fomentar la economía circular en la minería. Países mineros como Chile y Australia han implementado regulaciones que incentivan las prácticas circulares a través de políticas de sostenibilidad y responsabilidad ambiental. En Chile, por ejemplo, una normativa reciente obliga a las empresas a reciclar y tratar el agua en zonas con escasez hídrica, lo que disminuye el impacto ambiental y promueve el uso circular de los recursos. En Australia, los incentivos fiscales para la reutilización de subproductos mineros han facilitado la adopción de prácticas circulares, ayudando a las empresas a reducir costos y mejorar su sostenibilidad operativa.

A nivel global, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU están promoviendo la adopción de modelos circulares en diversas industrias, incluida la minería. En particular, los ODS de consumo y producción responsables (ODS 12) y acción climática (ODS 13) presionan a los países para establecer políticas sostenibles en sectores extractivos. Esto fortalece la responsabilidad social y ambiental de las empresas, alineando sus prácticas con las expectativas de sostenibilidad de mercados de exportación e inversionistas.

Organizaciones como el Banco Mundial y la OCDE han documentado ejemplos de políticas efectivas en sectores extractivos que impulsan la sostenibilidad, facilitando la adopción de la economía circular al reducir las barreras de entrada. Además, acuerdos de cooperación internacional están ayudando a estandarizar regulaciones en torno a prácticas circulares, proporcionando a las empresas mineras un marco claro para cumplir con los estándares de sostenibilidad global.

 

Futuras oportunidades para una minería sostenible

La economía circular abre una gama de oportunidades a largo plazo para la minería, posicionándola como un motor de crecimiento verde y sostenible. Un aspecto clave es el crecimiento de los empleos verdes en áreas como tecnología sostenible, reciclaje y tratamiento de residuos. La Ellen MacArthur Foundation proyecta que, en la próxima década, los empleos verdes aumentarán significativamente en industrias de recursos intensivos como la minería. Este crecimiento responde a la necesidad de mano de obra capacitada en tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles, generando empleo en áreas como el diseño de sistemas de reciclaje, la monitorización ambiental y la gestión de subproductos.

Además, la economía circular impulsa la innovación tecnológica, promoviendo el desarrollo de soluciones que optimizan el uso de recursos y reducen la dependencia de materias primas vírgenes. Tecnologías emergentes como la bioextracción, que emplea microorganismos para recuperar metales de residuos, están en auge y representan un gran potencial para la minería. Este enfoque permite reducir el consumo de energía y minimizar el impacto ambiental, mejorando la sostenibilidad de las operaciones. La inteligencia artificial (IA) también está transformando el sector, ayudando a las empresas a analizar grandes cantidades de datos en tiempo real, optimizar la recuperación de minerales y reducir el desperdicio. Las empresas que invierten en estas innovaciones pueden mejorar su competitividad en un mercado cada vez más enfocado en la sostenibilidad.

Al adoptar modelos circulares, el sector minero también contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente aquellos relacionados con el consumo y producción responsables (ODS 12) y la acción por el clima (ODS 13). La implementación de prácticas circulares no solo ayuda a mitigar el impacto ambiental, sino que también refuerza la responsabilidad social del sector, haciéndolo más atractivo para inversionistas y consumidores que valoran la sostenibilidad. La UNEP y la Ellen MacArthur Foundation destacan que la economía circular en minería puede reducir significativamente la huella de carbono y los residuos, asegurando un futuro más sostenible y rentable para la industria.

Finalmente, la economía circular beneficia a las comunidades locales, ya que promueve una reducción de desechos y contaminantes y ofrece empleos de calidad en tecnologías sostenibles. Esto fomenta relaciones de respeto y cooperación con las comunidades, mejorando su calidad de vida y reduciendo riesgos ambientales. La transición hacia prácticas circulares representa, así, no solo una ventaja operativa para las empresas, sino también una oportunidad para fortalecer los vínculos con las comunidades y alinear la industria minera con los estándares de sostenibilidad global.

Economía circular minería

Conclusión

La implementación de la economía circular en minería no solo abre un camino hacia una sostenibilidad real y duradera, sino que también aumenta la eficiencia y rentabilidad de las operaciones. Adopciones como el reciclaje de agua y la recuperación de minerales secundarios son esenciales para que el sector minimice su impacto ambiental y aproveche mejor sus recursos. Sin embargo, para enfrentar estos retos y capitalizar las oportunidades, es indispensable una formación avanzada y actualizada.

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