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ABP interdisciplinar en el aula: qué es, por qué y cómo aplicarlo

07 Agosto 2025

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¿Tiene sentido seguir enseñando contenidos por separado cuando los problemas del mundo real no vienen divididos por asignaturas?

Cada vez más docentes se hacen esta pregunta. Frente a una enseñanza fragmentada, surgen metodologías como el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) con enfoque interdisciplinario, que permiten trabajar contenidos de forma integrada, contextualizada y con impacto en el entorno.

Este artículo explica por qué este enfoque es clave en 2025, cómo se aplica en Ciencias, Matemáticas y Ciencias Sociales, y qué beneficios aporta tanto al alumnado como al desarrollo profesional docente.

¿Qué es el aprendizaje basado en problemas reales (ABP)?

El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) es una metodología centrada en el estudiante que utiliza problemas reales y complejos como punto de partida para el desarrollo del conocimiento. A diferencia de los enfoques tradicionales, no parte de la transmisión de contenidos, sino de la necesidad de comprender y resolver situaciones auténticas que exigen análisis, investigación y toma de decisiones.

Este modelo promueve la autonomía intelectual, el pensamiento crítico y el trabajo colaborativo, al mismo tiempo que articula el aprendizaje con contextos relevantes para el entorno social, científico o medioambiental.

El proceso habitual del ABP incluye cinco fases bien diferenciadas:

  1. Presentación del problema: se plantea una situación real, abierta y contextualizada, que requiere una solución no evidente.

  2. Análisis colectivo: el grupo identifica lo que sabe, lo que necesita aprender y cómo organizar la investigación.

  3. Indagación y estudio: los estudiantes exploran fuentes, experimentan o consultan expertos para ampliar su comprensión.

  4. Propuesta de solución: se construyen respuestas fundamentadas en la evidencia obtenida.

  5. Evaluación y reflexión: se revisa tanto el producto final como el proceso seguido, incorporando aprendizajes y mejoras.

A través de esta estructura, el ABP fomenta competencias clave como la gestión del aprendizaje, la comunicación efectiva, la resolución de problemas, la toma de decisiones y el trabajo en equipo.

ABP y enfoque interdisciplinario en educación

El ABP alcanza su máxima potencialidad cuando se articula desde un enfoque interdisciplinario. Esta perspectiva rompe con la enseñanza compartimentada por materias, y permite abordar los problemas desde múltiples ángulos simultáneos, generando marcos de análisis que combinan conocimientos, métodos y lenguajes de distintas disciplinas.

La interdisciplinariedad no consiste en superponer contenidos, sino en generar una comprensión integradora. Permite que los estudiantes exploren, por ejemplo, un problema ambiental desde la química, la geografía, la economía y la ética, construyendo respuestas más sólidas y transferibles.

Al combinar ABP e interdisciplinariedad, se transforma el aula en un espacio de investigación aplicada donde el conocimiento se vuelve significativo, contextualizado y orientado a la acción. Esta sinergia constituye uno de los enfoques metodológicos más alineados con las necesidades educativas actuales.

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Por qué el ABP interdisciplinar es clave en la educación actual

El aprendizaje basado en problemas reales, combinado con un enfoque interdisciplinario, se ha convertido en una prioridad educativa en 2025. No es una tendencia puntual, sino una respuesta concreta a los retos que enfrentan los sistemas educativos.

La UNESCO promueve este modelo dentro de su agenda 2023–2025. Defiende una educación vinculada a los grandes desafíos globales: sostenibilidad, justicia social y ciudadanía planetaria. Para ello, apuesta por enfoques que integren distintas disciplinas y trabajen a partir de problemas reales.

PISA 2025 avanza en esa misma dirección. Por primera vez, incorpora tareas interdisciplinarias en ciencias y matemáticas. Evalúa si el alumnado es capaz de resolver situaciones complejas relacionadas con salud, medio ambiente o economía circular. Ya no se trata solo de saber contenidos, sino de aplicar ese conocimiento en contextos reales.

La OCDE, en su informe Future of Education (2024), refuerza esta visión. Reclama superar la enseñanza fragmentada por asignaturas y promover el pensamiento sistémico, la colaboración entre áreas y la acción transformadora desde el aula.

Este giro pedagógico también se refleja en las políticas educativas de Europa y España. En muchos países europeos, los currículos se orientan ya hacia el trabajo competencial mediante proyectos. En el caso español, la LOMLOE impulsa metodologías como el ABP y fomenta el enfoque interdisciplinario para desarrollar competencias clave.

Aplicación práctica en distintas áreas

Ciencias

Resolver un problema ambiental, analizar un ecosistema degradado o investigar la calidad del agua son ejemplos de cómo se activa el ABP en Ciencias. La clave está en combinar observación, análisis de datos y saberes disciplinares para construir una comprensión integrada del fenómeno.

Aplicación:

  • El proyecto se estructura en torno a un problema relevante (por ejemplo, la calidad del agua, la pérdida de biodiversidad o la gestión de residuos).

  • Se organizan equipos de trabajo que planifican la investigación, formulan hipótesis y diseñan procedimientos para recoger y analizar datos.

  • El conocimiento no se fragmenta por materias, sino que se integra en torno al problema, estableciendo relaciones entre contenidos químicos, biológicos, geográficos y sociales.

  • La indagación incluye trabajo de campo, análisis de laboratorio, uso de recursos digitales y consulta de fuentes diversas.

Contribución de distintas disciplinas:

  • Química: análisis de sustancias, reacciones y parámetros ambientales.

  • Biología: estudio de ecosistemas, especies, ciclos y relaciones tróficas.

  • Geografía: interpretación del territorio, relación entre procesos físicos y actividad humana.

  • Educación social: implicación comunitaria, percepción del problema, propuestas de acción local.

Resultados:

  • El alumnado aplica el método científico con sentido práctico y contextualizado.

  • Se desarrollan competencias en análisis de datos, pensamiento crítico y comunicación científica.

  • La ciencia se conecta con problemas reales, lo que incrementa la motivación y la comprensión profunda.

  • Se refuerza la capacidad para interpretar el entorno desde una mirada integrada, rigurosa y transformadora.

Matemáticas

En lugar de ejercicios sin contexto, el ABP en Matemáticas parte de retos reales: interpretar consumos, proyectar costes, analizar datos. La metodología desplaza el foco hacia la funcionalidad del conocimiento matemático como herramienta de decisión.

Aplicación:

  • El punto de partida es un problema vinculado al entorno (por ejemplo, la eficiencia energética de un centro educativo, la viabilidad de una instalación solar o el análisis del consumo de agua).

  • El alumnado recoge datos reales, identifica patrones y diseña modelos matemáticos para interpretar la información y plantear soluciones.

  • La investigación requiere combinar conceptos de distintas ramas: estadística, álgebra, geometría, física o economía.

  • El trabajo se organiza en equipos, con fases de análisis, cálculo, validación y comunicación de resultados.

Contribución de distintas disciplinas:

  • Estadística: recogida, representación y análisis de datos numéricos.

  • Álgebra: formulación de expresiones, resolución de sistemas, interpretación de modelos.

  • Física: aplicación de principios energéticos o mecánicos para interpretar fenómenos.

  • Economía: estimación de costes, retorno de inversión, análisis comparativo de alternativas.

Resultados:

  • El alumnado comprende la utilidad real de las matemáticas para la toma de decisiones fundamentadas.

  • Se desarrollan competencias en análisis crítico, argumentación cuantitativa y gestión de la incertidumbre.

  • La resolución de problemas deja de ser abstracta para convertirse en una herramienta de intervención sobre el entorno.

  • La colaboración entre áreas refuerza la comprensión conceptual y la capacidad de aplicar lo aprendido a situaciones nuevas.

Ciencias Sociales

Cuando el alumnado investiga por qué algunos barrios tienen peores servicios, o cómo ha cambiado el uso del suelo en su municipio, pone en marcha un proceso ABP típicamente social. Lo relevante no es solo el análisis, sino la capacidad de generar propuestas transformadoras.

Aplicación:

  • El punto de partida suele ser un problema social o territorial cercano (por ejemplo, desigualdades en el acceso a servicios, dinámicas de segregación urbana o cambios en el paisaje).

  • El alumnado investiga a partir de fuentes primarias y secundarias, realiza trabajo de campo y analiza datos cuantitativos y cualitativos.

  • El proyecto articula distintas disciplinas y métodos para construir una visión sistémica del problema.

  • El resultado suele incluir una propuesta de mejora, intervención o comunicación pública basada en evidencia.

Contribución de distintas disciplinas:

  • Geografía: análisis espacial del territorio, elaboración de mapas temáticos, interpretación de datos socioeconómicos.

  • Historia: reconstrucción de procesos que han configurado las realidades actuales, uso de fuentes documentales.

  • Sociología: análisis de encuestas, entrevistas, observación de dinámicas sociales.

  • Matemáticas: tratamiento estadístico de datos, elaboración de gráficas e indicadores.

Resultados:

  • El alumnado comprende cómo se construyen y transforman los espacios sociales.

  • Se desarrollan habilidades de investigación aplicada, análisis crítico y argumentación con base empírica.

  • El aprendizaje se vincula con la participación ciudadana y el compromiso con el entorno.

  • La interdisciplinariedad permite leer el territorio como una construcción compleja, donde interactúan factores históricos, culturales, económicos y políticos.

Impactos en el aprendizaje y la docencia

Mayor motivación y compromiso
El trabajo en torno a problemas reales genera un sentido de propósito que favorece la implicación activa. Los estudiantes perciben que lo que aprenden tiene aplicación directa, lo que incrementa su interés, mejora la asistencia y eleva el nivel de participación. En contextos donde se ha implantado con continuidad, se observa también una mejora en la calidad del trabajo entregado y en la autonomía del alumnado.

Pensamiento crítico y capacidad de análisis
La necesidad de interpretar datos, formular hipótesis, justificar decisiones y comunicar soluciones obliga a aplicar procesos cognitivos complejos. Este enfoque entrena la capacidad de analizar situaciones desde múltiples perspectivas, contrastar información y argumentar con evidencia, habilidades clave para la ciudadanía y el aprendizaje profundo.

Transferencia y durabilidad del aprendizaje
Los aprendizajes adquiridos mediante este enfoque tienden a consolidarse más que los construidos en contextos descontextualizados. Al estar anclados en problemas auténticos y procesos de investigación activa, los conocimientos no solo se recuerdan mejor, sino que pueden aplicarse con mayor flexibilidad en situaciones nuevas. Estudios longitudinales han demostrado que el ABP favorece la retención y la transferencia conceptual, especialmente en ciencias y matemáticas.

Investigación docente desde la práctica
Este modelo también posiciona al profesorado como observador e investigador de su propia práctica. Al diseñar, implementar y analizar proyectos interdisciplinares, los docentes generan datos reales sobre cómo aprende su alumnado, qué barreras emergen y qué estrategias resultan más efectivas. Esto permite vincular directamente la intervención en el aula con líneas de investigación profesional, TFM o incluso tesis doctorales centradas en innovación educativa.

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