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Qué es un ciclotrón y para qué sirve en PET

25 Septiembre 2025

 

La producción de radiofármacos PET comienza mucho antes de la síntesis química: se inicia en el ciclotrón, donde se define la cantidad de actividad disponible, su pureza y los tiempos en que podrá utilizarse. Comprender su funcionamiento y los factores que condicionan el rendimiento, el control de calidad (QC) y la logística es esencial para garantizar que cada dosis llegue al paciente de forma segura, dentro de la ventana clínica y conforme a las exigencias regulatorias.

¿Qué es un ciclotrón? ¿Por qué es importante?

Un ciclotrón es un acelerador de partículas compacto que combina un campo magnético constante con una radiofrecuencia (RF) alterna para impulsar iones ligeros —habitualmente protones— en una trayectoria en espiral. Con cada cruce del hueco entre los electrodos en D (dees), las partículas reciben nuevos impulsos hasta alcanzar la energía necesaria para bombardear un blanco (target) y generar radionúclidos de interés médico.

En un servicio PET, esto se traduce en actividad disponible a la hora de referencia para iniciar síntesis y dispensación. Si el ciclotrón —propio o de un proveedor externo— falla en corriente del haz, tiempo de irradiación, estabilidad del blanco o extracción, el impacto se refleja en QC (control de calidad) y, en consecuencia, en la agenda clínica.

Del acelerador a la dosis: mapa rápido

1 → Fuente iónica
2 → Radiofrecuencia (RF) y dees
3 → Campo magnético
4 → Extracción del haz
5 → Blanco (target)
6 → Síntesis radioquímica
7 → Control de calidad (QC)
8 → Dispensación
9 → Administración al paciente

Cómo funciona un ciclotrón

Un ciclotrón acelera iones ligeros —habitualmente protones— gracias a la sincronía entre dos elementos clave:

  • Radiofrecuencia (RF): aplicada a los electrodos en D (dees), impulsa al ion cada vez que cruza el hueco.

  • Campo magnético constante: obliga a la partícula a describir una trayectoria circular, ganando energía y ampliando progresivamente su radio.

Con cada vuelta, la partícula acumula energía hasta alcanzar el nivel objetivo. En ese momento, el haz se extrae hacia la línea de conducción, bien mediante deflectores (en ciclotrones de H⁺) o por stripping (en ciclotrones de H⁻, donde una lámina retira electrones y desvía los protones hacia el ducto). El haz impacta entonces en el blanco (target), donde ocurre la reacción nuclear que genera el radionúclido de interés.

En clínica PET, los ciclotrones compactos suelen operar en el rango de 10–20 MeV de energía y con corrientes de decenas de µA. Estas magnitudes son suficientes para producir los principales emisores de positrones: ^18F, ^11C, ^13N y ^15O. Para la práctica en radiofarmacia, lo relevante no es la teoría física, sino comprender qué parámetros condicionan que el radiofármaco llegue a tiempo y en condiciones óptimas para su uso en pacientes.

Parámetros que determinan la utilidad clínica

  • Corriente de haz (µA) × tiempo de irradiación (min): define la actividad inicial obtenida en cada ciclo.

  • Condiciones del blanco (presión, temperatura, pureza isotópica): determinan el rendimiento de producción y la posible aparición de impurezas químicas.

  • Extracción y línea de haz (alineación, pérdidas): afectan a la estabilidad del proceso y a la generación de impurezas radiactivas no deseadas.

  • Tiempos de transferencia y transporte: limitan la actividad utilizable según la semivida del radionúclido. Este factor resulta crítico en isótopos de vida muy corta como ^11C, ^13N o ^15O, donde unos pocos minutos de retraso pueden dejar al paciente sin dosis disponible.

Componentes esenciales de un ciclotrón

Aunque todos los ciclotrones comparten el mismo principio de funcionamiento, la calidad y estabilidad de la producción dependen de varios componentes críticos. Conocerlos permite anticipar dónde pueden aparecer problemas que, en última instancia, repercuten en el control de calidad (QC) y en la disponibilidad clínica de las dosis.

  • Fuente iónica (H⁺/H⁻): constituye el origen del haz. Según el tipo de ion empleado, varía el método de extracción. Fallos en esta etapa reducen la corriente disponible y, en consecuencia, la actividad final.

  • Cavidad RF y dees: en este punto los iones reciben los impulsos sucesivos. Una sintonía incorrecta de la RF provoca variaciones de energía y, por tanto, de actividad.

  • Imán: garantiza trayectorias estables. Un campo magnético no homogéneo genera pérdidas de haz y disminuye la reproducibilidad.

  • Vacío: imprescindible para evitar colisiones indeseadas. Su degradación reduce el rendimiento y aumenta el riesgo de sobrecalentamiento del blanco.

  • Extracción y línea de haz: la correcta alineación y calibración aseguran que el haz llegue limpio al blanco. Desajustes provocan pérdidas y la aparición de contaminantes radiactivos.

  • Blancos (targets): pueden ser gaseosos, líquidos o sólidos. En PET, el más habitual es el agua enriquecida en ^18O para la producción de ^18F, un insumo crítico por su coste y pureza isotópica.

  • Interlocks, blindajes y monitores: sistemas de seguridad que deben permanecer operativos y documentados. Cualquier bypass requiere registro en la gestión de cambios.

Consecuencias más frecuentes en QC

Cuando alguno de estos elementos falla, el impacto se refleja de forma inmediata en el control de calidad:

Componente implicado

Fallo típico

Consecuencia en QC

Impacto clínico

Blanco (target)

Degradación térmica o mecánica

Aparición de impurezas químicas (detectadas en HPLC, radioTLC)

Lote rechazado o necesidad de reprocesar

Fuente iónica / RF / tiempo de irradiación

Corriente inestable o duración insuficiente

Actividad por debajo de la programada

No se cubren todas las dosis previstas

Logística post-target (transferencia, síntesis, transporte)

Retrasos en el flujo

Pérdida de actividad por semivida corta

^11C/^13N llegan sin potencia suficiente a QC; lote inutilizable

Ciclotrón, linac y sincrotrón: diferencias operativas

Un ciclotrón es solo una de las posibles tecnologías de aceleración de partículas, pero en radiofarmacia PET se ha consolidado como la opción de referencia. Compararlo con otras alternativas permite situar su papel y comprender sus ventajas operativas.

  • Ciclotrón: equipo estándar para la producción de radionúclidos clínicos en PET. Su diseño compacto facilita la instalación en hospitales o centros especializados. Ofrece alta disponibilidad y está optimizado para generar emisores de positrones como ^18F, ^11C, ^13N y ^15O, pilares de la radiofarmacia diagnóstica.

  • Linac (acelerador lineal): acelera partículas en trayectorias rectas y se utiliza principalmente en radioterapia, donde produce haces terapéuticos para el tratamiento de tumores. Su uso en la producción de radiofármacos es marginal y no forma parte de la práctica habitual.

  • Sincrotrón: capaz de alcanzar energías muy elevadas, se destina a investigación avanzada y a hadronterapia (tratamientos con protones o iones pesados). Su complejidad técnica y su coste lo hacen inadecuado para la producción rutinaria de radiofármacos convencionales.

En el ámbito clínico, la elección real no suele darse entre estos tres tipos de aceleradores, sino entre dos fuentes complementarias de radionúclidos:

  • Ciclotrón con cadena de ^18F: ofrece un portafolio amplio de radiofármacos y capacidad de producción para distribución, a cambio de mayor inversión, logística y mantenimiento.

  • Generadores de radionúclidos (como los de ^68Ga): aportan simplicidad y menor infraestructura, pero presentan limitaciones en capacidad de producción y en la variedad de dianas accesibles.

¿Qué radionúclidos se obtienen en ciclotrón para uso clínico?

El valor del ciclotrón en radiofarmacia PET reside en los radionúclidos que permite producir y que se emplean directamente en la práctica clínica. Entre los emisores de positrones generados de forma rutinaria destacan cuatro, cada uno con características que condicionan la estrategia de producción, la logística y el control de calidad.

Radionúclido

Origen típico

Semivida aprox.

Implicación operativa

^18F

Ciclotrón (p sobre ^18O-agua)

≈110 min

Permite distribución regional y múltiples síntesis (^18F-FDG, ^18F-PSMA, ^18F-FAPI, amiloides).

^11C

Ciclotrón

≈20 min

Requiere producción in situ; QC y administración en tiempos mínimos.

^13N

Ciclotrón

≈10 min

Usado en perfusión miocárdica; exige coordinación precisa de agenda.

^15O

Ciclotrón

≈2 min

Solo viable on-site, prácticamente junto al escáner.

Factores críticos

  • Rendimiento: ajustar corriente (µA) y tiempo de irradiación (min) para alcanzar la actividad necesaria sin comprometer la integridad del blanco.

  • Control de calidad (QC): aplicar ensayos rápidos y fiables en radionúclidos de semivida corta (^11C y ^13N), donde cada minuto perdido reduce la dosis utilizable.

  • Trazabilidad: registrar de forma precisa el lote de ^18O-agua, los parámetros de irradiación y la hora de actividad, asegurando su concordancia con el batch record.

PR y GMP alrededor del ciclotrón

La operación de un ciclotrón no solo depende de parámetros técnicos; también está sujeta a requisitos de protección radiológica (PR) y a las Buenas Prácticas de Fabricación (GMP/BPF), que garantizan seguridad, trazabilidad y cumplimiento normativo.

Protección radiológica

El ciclotrón genera radiación y residuos activados, por lo que requiere un control riguroso:

  • Zonificación y accesos: las áreas deben estar clasificadas y equipadas con interlocks que bloqueen el haz si se abre una puerta o se rompe una condición de seguridad.

  • Monitoreo de área y personal: se utilizan detectores y dosímetros en continuo; las alarmas deben verificarse tras cada mantenimiento.

  • Blindajes: tanto los estructurales como los del propio equipo deben comprobarse periódicamente para asegurar su integridad.

  • Gestión de residuos: líquidos, gases o sólidos activados deben segregarse, almacenarse hasta su decaimiento y eliminarse siguiendo los procedimientos operativos estándar (POE).

GMP/BPF en la interfaz con radiofarmacia

El funcionamiento del ciclotrón impacta directamente en la calidad de los radiofármacos. Para cumplir con GMP es imprescindible:

  • Registros completos de irradiación y logbooks de blancos, documentando cada ciclo de manera legible y trazable.

  • Calificación de equipos (IQ/OQ/PQ): garantizar que instalación, operación y desempeño cumplen especificaciones; cualquier modificación requiere re-cualificación.

  • Gestión de desviaciones: establecer criterios claros ante impurezas o actividad insuficiente, documentando siempre la acción correctiva y preventiva (CAPA).

  • Transporte interno y externo: registrar rutas, tiempos y condiciones de blindaje, dejando evidencia de la recepción de cada lote.

Lista de verificación operativa

Para el trabajo diario, resulta útil disponer de un checklist que resuma los puntos esenciales:

  • Corriente (µA) y tiempo (min) registrados y firmados.

  • Presión y temperatura del blanco antes y después del ciclo.

  • Entrega con hora-actividad y blindaje revisados.

  • Documentación de transporte vinculada al lote.

  • QC ejecutado conforme a POE/monografía, con límites de aceptación confirmados.

  • Desviaciones registradas, con acción definida y cierre documentado.

Del ciclotrón al paciente: la visión global

Comprender cómo opera un ciclotrón, qué radionúclidos se obtienen y qué factores condicionan su calidad no es un ejercicio académico: es la base para asegurar que cada dosis llegue a tiempo, cumpla especificaciones y soporte una auditoría.

En un entorno donde las inspecciones regulatorias y las ventanas clínicas son cada vez más exigentes, dominar estos fundamentos marca la diferencia entre trabajar con incertidumbre o con seguridad operativa.

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Preguntas frecuentes

¿En qué se diferencia un ciclotrón de un linac en un hospital?

El ciclotrón produce radionúclidos activando un blanco estable; el linac clínico genera haces terapéuticos para radioterapia. En producción de radiofármacos, el ciclotrón compacto es el estándar.

¿Qué radioisótopos PET dependen del ciclotrón y cómo condiciona su semivida?

F-18 (~110 min) permite distribución regional; C-11 y N-13 (20 y 10 min) obligan a producir in situ; O-15 (~2 min) requiere producción on-site y coordinación con el escáner.

¿Qué mirar primero si el radionúclido llega de un proveedor externo?

Identidad/semivida, actividad a hora de referencia, impurezas químicas relevantes del post-target, contaminación gamma (si aplica), documentación de transporte y trazabilidad del material del blanco.

Referencias

  1. IAEA. Cyclotron Produced Radionuclides: Principles and Practice (TRS-465). Viena: IAEA; 2009. (PDF). IAEA Publications

  2. IAEA. Cyclotron Produced Radionuclides: Operation and Maintenance of Gas and Liquid Targets. Viena: IAEA; 2012. (PDF). IAEA Publications

  3. Comisión Europea (EMA). EudraLex Volumen 4 – Buenas Prácticas de Fabricación. Anexo 3: Fabricación de radiofármacos. (PDF oficial). Public Health

  4. Comisión Europea (EMA). EudraLex Volumen 4 – Página general de anexos GMP (incluye Anexo 3 y Anexo 1). (Sitio oficial). Public Health

  5. IAEA. Radiation Protection and Safety of Radiation Sources: International Basic Safety Standards (GSR Part 3). Viena: IAEA; 2014. (PDF). IAEA Publications

  6. FDA (eCFR). 21 CFR Parte 212 — Current Good Manufacturing Practice for PET Drugs. (Sitio oficial). eCFR+1

  7. FDA. PET Drugs — CGMP Small Entity Compliance Guide. 2011. (PDF). U.S. Food and Drug Administration

  8. USP. <823> Radiopharmaceuticals for Positron Emission Tomography. (PDF público). usp.org+1

  9. NIST. Bergeron DE, et al. A Review of NIST Primary Activity Standards for 18F. J Res NIST. 2014;119:1–15. (PDF; semivida de ^18F 1.8288 h). nvlpubs.nist.gov

  10. NNDC (Brookhaven). NuDat 3 — Base de datos de estructura y decaimiento nuclear (radionúclidos PET). (Portal oficial). nndc.bnl.gov