Cómo representar la salud mental en cómic con rigor y responsabilidad
Un relato visual bien construido puede generar comprensión, empatía y apoyo. Uno mal diseñado puede reforzar estigmas, activar malestar emocional o banalizar el sufrimiento. Representar gráficamente un problema de salud mental exige algo más que habilidad narrativa: requiere un enfoque clínicamente informado, éticamente seguro y comunicativamente riguroso.
El uso del cómic como herramienta clínica, emocional y pedagógica en contextos sanitarios ha cobrado una relevancia creciente por su capacidad para transmitir experiencias complejas de forma comprensible y respetuosa.
Esta guía ofrece un recorrido paso a paso para hacerlo con criterio y responsabilidad.